La vida en la tierra está basada en el ritmo: noche y día, invierno y verano, nacimiento, vida y muerte, actividad y descanso… Los ritmos afectan nuestra vida así cómo la de la vida a nuestro alrededor. Conocer, aceptar y abrazar el ritmo en la crianza es tu arma secreta para una maternidad más tranquila, conectada con la naturaleza y fluida.

Cómo descubrí el poder del ritmo en casa
La primera vez que experimenté el poder de los ritmos en la crianza fue cuando hace unos 3 años adoptamos el rato de tele después de comer.
Ver la tele era siempre un tira y afloja en casa, ahora quiero, ahora no te dejo, ahora si y demás, las mañanas eran un caos. Tenía la sensación de no llegar a nada y pelear mucho.
Un día hablamos con el peque y le pedimos que escogiera un rato del día para ver la tele. Escogió después de comer y adoptamos este ritmo en torno a nuestras comidas.
De ahí fui trabajando también otras cosas como nuestro ritmo en la mañana dividiéndola en un rato para el peque y otro para mi. Con varios años de homeschooling es algo que tuvimos que ir cambiando y mejorando.
A partir de entonces no ha habido más conflicto en casa por la tele y los conflictos en torno a los quehaceres de la casa se han reducido mucho también. El peque y todos sabemos que toca y todo fluye.
Porqué incluir el ritmo en tu crianza
El poder del ritmo en la crianza es principalmente saber que viene después, darle orden a nuestro tiempo para fluir.
Si lo piensas los y las niñas tienen muy poco margen de decisión en lo que sucede en sus vidas. Esto es normal y natural pero en muchos casos esto les hace sentirse perdidos y reaccionar. Sobre todo con niños y niñas muy pequeñas.
El saber que viene después y que pueden esperar de sus días les da mucha confianza y seguridad. Todo fluye mejor. Hay familias que incluso hacen planes visuales para que l@s peques entiendan que viene después.
A los adultos nos pasa un poco lo mismo, saber que viene después y poner orden nos hace sentir más seguros al mismo tiempo que conseguimos organización y terminar cosas sin sensación de caos.
Ritmo y naturaleza
Los ritmos de invierno y verano son completamente diferentes. Variar según las horas de luz, el calor y los quehaceres es seguir el ritmo natural.
En verano el rato del medio día es de descanso, muy español, en cambio en invierno vamos más a la europea sin descanso después de comer y ya paramos a las 6/7 cuando volvemos a casa. Este ritmo nos lo marca la luz.

Abrazar los cambios estacionales, comer y cocinar comida de temporada, celebrar los días de luna llena, solsticios equinoccios y otras fiestas relacionadas con la naturaleza o aceptar cambios emocionales que estos eventos nos pueden causar son parte fundamental de una vida conectada a los ritmos de la naturaleza.
Conectar con las horas de luz y con sus cambios estacionales son conecta directamente con el ritmo natural.
En casa estamos trabajando mucho esto últimamente y es algo no sólo nos trae bienestar también nos trae disfrute y conexión espiritual.
Ritmos y rutinas
La gran diferencia entre un ritmo y una rutina es la flexibilidad. Con las rutinas hay horarios fijos que cumplir y aunque los peques sepan que viene después, los horarios muchas veces crean conflicto.
Los ritmos en cambio son flexibles en horario e incluso se pueden variar según circunstancias.
Si tienes niños o niñas pequeñas, estas en casa por el covid porque has decidido no llevarlos o por cuarentenas, incluso si tus peques van al cole, puedes adoptar un ritmo que te ayudará a fluir.
Cómo incluir el ritmo en tu crianza
Ritmos, diario, semanal, estacional, alterno… Hay muchos tipos de ritmos que tenemos en nuestras vidas.
Sentarse y analizar cada uno de tus ritmos y ver que funciona y qué no puede ayudarte a hacer pequeños cambios e incluir cosas que sean importantes para ti.

Lápiz, papel, y hacer un planes siempre te va a traer beneficios. Y no te preocupes si no se cumple siempre, esa es la belleza del ritmo. El ritmo se adapta a ti en vez de tu a él.
- Ritmo diario: analiza tu ritmo, escribelo. Piensa que funciona y que podrías cambiar para que todo encajara mejor. Piensa si hay cosas importantes para ti que no se estén haciendo y haz cambios.
- Ritmo semanal: analiza tu ritmo actual y escribelo. Piensa si estáis encajando actividades importantes para ti cómo salir, moverse, conectar con la naturaleza, etc… Quizás puedas poner un día fijo para estas cosas, sobre todo este año que no hay extraescolares.
- Ritmo anual: en un calendario, apunta eventos naturales lunas llenas, solsticios, cosechas, tiempo de nieve, moras, castañas, etc… u otros personales como cumples de familiares, aniversarios, días importantes para tu familia.
Planear y unos pequeños cambios en estos ritmos te aseguro que pueden hacer maravillas. En casa nos ayuda muchísimo y es algo que trabajo mucho. Creo que en una crianza slow es una herramienta magnifica.
¿Incluyes los ritmos de la naturaleza en tu crianza?
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